
Hola de nuevo. Siguiendo con mis escritos, voy a relataos ahora una serie de historias, que escribí hace ya tiempo, y que titulé "cuentos desordenados". Aquí esta la historia nº 1
"Todo podría resultar más sencillo si no existieran los tonos ocres y grisáceos, que dan sabor a la existencia. Esos mismos colores, que dibujan siluetas esbeltas y demacradas a un mismo tiempo. Todo sería tan simple, que morderíamos la desidia con apetito inexisente, con gula. El hambre pues, no sería tal, sino un mecanismo articulado dentro de las normas de la costumbre. ¡ Qué invento tan maravilloso el color gris!. Sin él, no tendría sentido la esencia del mundo. Qué mejor que cegar las pupilas con su calor aburrido, cuando el destello de las moléculas, nos proboca traumatismos cerebrales. Hay que mirar los objetos con el pensamiento grisáceo. Hay que escuchar la música, con filtros que recuerdan el bullir de la ciudad. Hay que rozar con las llemas de los dedos el frío que emiten los cuerpos... cuando se paraliza la sonrisa. Con todo, y aún alguna otra cosa más, no logramos alcanzar la cúspide del desasosiego. La mente pide más y más, y logra ubicar la meta a miles de años luz, para así, continuar lamiendo las hieles que supuran cada una de las piedras que conforman el interminable camino...
- ... Ahora pido pan y recibo un amargo té sin azúcar. Cuando llega a mi boca la exquisita masa fermentada, ésta ha perdido todo su aromático sabor, pues el té, dejó un desagradable resquemor que me impide deleitarme con el deseado pan. Si me hubiera labado los dientes a tiempo, el incidente quizá no hubiera sucedido, pero sólo quizá. ¡ Quién sabe !. Son sólo palabras."
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