
Qué bien lo pasamos el sábado pasado en Arenales, en la casa de mi hermana Matilde, con su piscinita y todo. Comimos una paellita que preparó mi madre, que le salen buenínismas. También conseguimos que mi padre se metiera en el agua. No para de decir que le duele todo, pero siempre le h encantado bañarse, y una vez dentro de la piscina, disfrutó como un niño dándose un chapuzón. También disfrutamos, Jesús y yo, con Manuel en la piscina. Nos hizo estar casi una hora dentro, porque no tenía artura (le difumino la cara, no sea que a sus padres no quieran que se le vea en internet. Por si acaso). El caso, es que este sábado repetimos. Mi madre ya se ha comprado un bañador de los chinos, que dice que es muy mono y que le sienta estupendamente. Le ha comprado otro a mi padre, que tampoco tenía ya. El otro día le tuvimos que preparar unos boxer para meterse al agua, jejeje. Y están deseando estrenarlos.
Pues nada, este finde nos daremos otro refrescón, con paella incluida.
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